lunes, 23 de diciembre de 2013

Algo en tu cara me fascina...

Muchas mamás por no decir todas tienen un punto débil, un talón de Aquiles. No, no son los zapatos (bueno porque la hipocresía, si lo son pero hay uno más fuerte que eso): es la sonrisa que se dibuja en la cara de nuestros hijos.

Puede que nos hayamos levantado con el pie izquierdo, estemos con la regla, lleguemos tarde, el tráfico, la freguemos en el trabajo, que nos peleemos con alguien, te caga encima una paloma y sabes en el fondo que seguramente ese horroroso día no acabara pronto.

Pero llegas a tu hogar dulce hogar, cansada y mal humorada, con cero ganas de todo menos de hablar. En tu mente solo visualizas tu ducha como esos espejismos en el desierto, una ducha que haga que tu mal humor desaparezca. Sin embargo, ves a tu hijo y no hay ducha ni cama que se le comparé. Lo ves sonreír y sientes que tu mal humor poco a poco se va yendo.

A veces siento que escuchar su risa a carcajadas es todo lo que necesito (llorona y sensible mode on) para seguir adelante cuando a veces tengo ganas de tirar la toalla, estoy triste o simplemente conformarme. Escucho su risita y todos esos pensamientos se esfuman de mi mente como si su risa fuera una especie de Baygon contra eso.

Entonces descubrí mi cura, mi remedio y mi dosis de calma cuando algo me aqueja y es el, su picara risita que me hace volver a la vida por decirlo de algún modo, pisar tierra y encender motores cuando estos se apagan sin previo aviso.

Y es que esa risita tiene un poder mágico sobre mi aparte de desaparecer mis males, sino que me alegra el alma, hace que ame la vida, siento que toco el cielo y soy feliz, muy feliz hasta sentir el corazón darse volteretas de felicidad. 

Encontré mi hermosa droga. 





2 comentarios:

  1. Yo uso la misma medicacion jaja .. la risa de mi hija lo cura todo!!
    Feliz Navidad !! :D

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  2. Es increíble como escuchar o verlo reír pueda sacar todo lo malo! Feliz navidad a ti tb July! un abrazo!

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