martes, 4 de marzo de 2014

Sacrificios muy gratificantes

Desde que conocí a Joaquín, sabía y tenía claro que mi mundo no sería el mismo. Cambiaría totalmente. Nada volvería a ser lo de antes. El tiempo me dio la razón. Nada volvió a ser lo de antes. De hecho, mi nombre en casa es mamá. El televisor ya no es nuestro, me lo expropiaron para ver siempre Disney Channel o películas (una y otra vez) como Shrek, Monsters Inc, Toy Story (1,2,3..). Pobre de mí que trate de poner alguna serie o película mientras él juega, viene con su dedito y me dice "no, no, no" trae una de esas películas y me dice "este". Mi radio ya no es la misma, de escuchar siempre a Bon Jovi, Julieta Venegas o Calamaro, pase a las canciones de Topa. Y sin querer queriendo te encontrarás un día bailando y cantando todas esas canciones en público y en privado. ¿Vergüenza? ¿Qué es eso?

Mi salario ya no es mío, porque cuando me pagan no me resisto y siempre termino comprando más cosas para el que para mí. Voy a comprar unos zapatos que necesito realmente y termino comprando dos pares a él. No puedo decir que el orden en el cuarto o en la casa lo cambio, bueno sí. La verdad, es que yo nunca fui una persona que se destacara en el orden. La diferencia es que ahora estamos abarrotados con juguetes, pelotas, carritos y definitivamente es una explosión de colores, mi ventana paso a ser un mural de stickers (con eso te digo todo). El tiempo para comer tampoco es el mismo, desde que tengo a Joaquín tengo que comer rápido o estoy frita pescadita. Yo que siempre he sido una persona lenta para comer, que me encantaba disfrutar de mi almuerzo o cena, pues a veces siento que estoy en una comilona. A ver quién gana el o yo. Lo mismo pasa al momento de ir al baño ya sea para bañarme o cualquier necesidad, siento que todo lo tengo que hacer tiene que ser rápido, de lo contrario el siempre me encuentra... tarde o temprano... ¿Mamá? escuchó al otro lado de la puerta.

Y como un tema viene con el otro, la privacidad también fue sacrificada, de hecho a veces tengo que llevarlo al baño conmigo ya sea porque me da miedo dejarlo solo (y se caiga de las escaleras, haga cualquier travesura en el cuarto o simplemente no quiere despegarse de  mi). ¿Han intentado de orinar con una personita trepada en su cuello? Definitivamente, es posible. Nos convertimos en malabaristas.

De salidas ni les cuento, no piso una discoteca hace...perdí la cuenta, eso debe significar que  es mucho tiempo. Las veces que hemos salido y quedado hasta tarde han sido sabiendo que al día siguiente la pasaríamos fatal con la mala noche (ni que decir de tomar). Para mi cumpleaños lo hice y al día siguiente tenía a Joaquín abriendo mis ojos a la fuerza diciendo ¿Mamá? simplemente es un lujo que no puedo darme tan fácilmente y frecuentemente. Tampoco se lo tomen al pie de la letra una vez al año no hace daño.

Son muchas cosas que se sacrifican, y todas esas aunque suenen como quejas, las volvería a repetir. Este mundo es caótico como bien lo dice una marca de pañales, pero realmente es hermoso. Muchas solteros dirán ¿en qué sentido? pues en todo. Es toda una experiencia con nombre y apellido, cada hijo es único e irrepetible. ¿Cómo no estar interesados y fascinados? Definitivamente lo más gratificante en mi vida.


Ese día a Joaquín se le dio por querer dormir como cuando era bebito, en el pecho de sus papis. La foto no fue montada, fue pura coincidencia, luego que se durmio en mi pecho lo pase a la cama, se despertó y quiso dormir en el pecho de su papá. ¡Ay los hijos!

6 comentarios:

  1. Muy lindo y tan cierto… <3

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  2. jajaja ... si yo tengo ya dos... son lindos ....aunque a veces quisiera comprar horas de sueño..

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    1. No las venden por ningún lado querida! Yo también las estuve buscando jaja. Gracias por seguirme! un beso!

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  3. Gabriela Arellano Solano4 de marzo de 2014, 16:31

    Hay.. porfin alguien que m da lq razón! !!... todo cierto!!!...

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    1. Gracias Gabriela! Asi nos sentimos siempre no? un beso

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