miércoles, 16 de octubre de 2013

El amor en los tiempos de padres

Cuando éramos jóvenes y flacos
El día de ayer cumplí con Bruno 8 años de estar juntos y me puse a recordar que solíamos hacer hace 8 años o antes del año 2012 que fue cuando nació Joaquín. Me acordé cuando íbamos por la vida sin más que preocuparnos por estudiar y trabajar, nuestro sueldo en ahorros y en gustos que queríamos. Las noches de fiesta eran divertidas sin importar la hora de regreso. Planeábamos viajar a Europa, visitar a mi mamá en España y viajar a Cuzco (ninguno de los dos conocemos), soñábamos con maestrías, ideas de negocios y más adelante casarnos.

Nos la pasábamos comiendo (eso no ha cambiado mucho) pero afuera de casa (ahora es in house), dormíamos juntos y todas las noches después de hablar un rato por teléfono nos dábamos las buenas noches. Amábamos los años nuevos porque convivíamos varios días juntos y nos poníamos tristes cuando teníamos que volver. Eramos mas chibolos de hecho, y más románticos, nos mandábamos cartitas, mails, tarjetas, desayunos y nos dedicábamos miles de canciones.

Si bien los años pasan y esas cositas se ven más descontinuadas, no creo que la culpa de todo la tenga Joaquín. Los sueños que teníamos no han sido estacados, simplemente aplazados. Ahora hay otras prioridades más importantes que darnos gustos banales, hay más sacrificios, pero finalmente estamos felices de hacerlos por chuky bebé.

Nuestra principal que el este bien y sea feliz. Queremos lo mejor para el y es por eso que nos estamos esforzando el doble. La vida te enseña a madurar a patadas con un bebé, a madurar de forma rápida y sin escalas. Hoy nuestros temas de conversación son, qué tal le fue en el nido, llamaste al pediatra, a donde lo llevamos por Halloween, le quedó el disfraz, ya esta mejor de su resfrío...



Una salida con los amigos la pensamos dos veces, y si alguno quiere tomar lo piensa dos veces también. El que Joaquín te despierte agarrando tu cara como si fuera plastilina a las 6:30 o 7 am no es algo muy interesante después de haberte desvelado la noche anterior.

No me estoy quejando, sólo digo que las cosas cambian. Esta etapa es linda, porque somos nuevos en esto y estamos aprendiendo juntos. Uno con más paciencia que el otro, uno más sobreprotector que el otro, pero ahí vamos. Volteo a mirar atrás y no cambio esto por nada. Es increíble como pasa el tiempo y ahora somos papás. El estar un domingo en la mañana cantando las canciones de Jake y los piratas, el jardín de Clarilú o sabernos de memoria todas las canciones de Topa y Muni, cantarlas y bailarlas juntos, es hermoso. Sin embargo, cabe recordar que también somos pareja y si bien Joaquín es lo más importante de nuestras vidas, tenemos que darnos más atención como pareja que somos y quieran o no, la relación también cambia.

Hay muchos sacrificios que hacer, y muchas cosas que se dejan de lado (lo que no debería pasar) como por ejemplo: tiempo juntos. Lejos de casa, del bebé solo los dos. Así es, tiempo para ir a comer solos, estar juntos, ir al cine o simplemente a tomar una caminata y conversar. Aprovechar de hacer cosas que no se pueden hacer por tiempo, el bebé y el ajetreo del día a día. Nunca es imposible, las excusas sobran pero nada cuesta organizarse y hacer esto de vez en cuando.

Emocionada recibiendo rosas después de tiempo.
También están los detalles, las mujeres solemos quejarnos que ellos no son detallistas, pero cuando nos convertimos en padres nuestros detalles son a nuestros hijos, y no debería ser así. Muchos hombres piensan que porque ya están casados, y con hijos ya no es muy necesario hacer detalles. Pues es cuando más se necesita, porque la relación se vuelve monótona y la única forma que no se convierta aburrida y sosa, son los detalles y el tiempo a solas.

El ser padres puede resultar abrumador para algunas personas por no decir la mayoría, sientes que vives y respiras para tu hijo. Pero para que la familia este bien, es necesario que los dos pilares (mamá y papá) estén bien. La comunicación es importante, las mujeres somos perfectas expresando pero también somos perfectas en nuestro idioma y siempre esperamos que ellos adivinen qué es lo que nos pasa. No son adivinos ni tienen una bola de cristal así que a menos que no hablemos no nos entenderán. Y los hombres, pues no son de expresar mucho sus sentimientos, pero si quieren que la cosa caminen tendrán que hacerlo cuando sea necesario.

Atrevanse a sentir de nuevo esas maripositas que muchas han dejado de sentir, como dice mi mamita, las relaciones son como las plantas para que crezcan y se mantengan necesitan ser regadas siempre. Si se deja de regar, se mueren con el tiempo.


2 comentarios:

  1. ayyyy amiga como aciertas con tus temas eso es justo lo q estoy viviendo con mi espsoo ya llegamos a la rutina y a la monotonia todo es un circulo viciosa vivimos y respiramos para mis tres hijos y nosotros ya pasamos a segundo plano a veces hasta dejamos de comprarnos algo por gusrdar para ellos ni una salida al parque tenemos por el bb mas pequeño pero tiene q cambiar esto pondre de mi parte ara hacerlo por su parte mi esposo no se si quiera hacerlo vive solo para su bb no quiere dejarlo por nada salvo q sea aun pretexto para no salir verdad jejeje pero seguire insistiendo gracias por tus temas y sigue poniendo mas me siento muy identificada con lo q publicas...

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  2. Hola Magaly,

    Estoy muy contenta que te sientas identificada con lo que escribo. Ese era el propósito del blog y estoy feliz que lo leas y te guste. Por otro lado, te aconsejo que no desistas, sé que tu tienes 3 hijos y debe ser más difícil en tu situación pero nada es imposible. Es cuestión que los dos se lo propongan, de nada vale que uno lo haga si el otro no quiere o no le dan ganas. Así que te aconsejo que converses con el y tu des el primer paso! Te mando un beso y mucha suerte!!! Me cuentas! :)

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