miércoles, 28 de mayo de 2014

El mejor juguete


La otra vez volví a ser niña y la pase muy bien. Me tire al grass, me revolqué,  ensucié, y acabé igual de sucia como mi bebé acababa después de jugar en el jardín. Cuando terminamos lo lleve al baño para limpiarnos un poco, me mire al espejo mientras lo cargaba y recordé las tantas veces que le preguntaba o decía a mi hijo "¿Cómo haces para ensuciarte tanto Joaquí?", ahora ya lo sé. Antes cuando lo llevaba a jugar al jardín podía corretear con el, me sentaba en el jardín, jugábamos con la pelota pero no solía ponerme a jugar de la misma manera como lo hice ese día. Ese día me importo un rábano mi ropa limpia, el pasto en mi cabeza o que se me trepé alguna hormiga... lo imite y deje mis manías de adulta a un lado. La pase genial.

Cuando Joaquín era bebé solía darle ataque de risa ver una bolsa caer. Algo tan simple le arrancaba carcajadas a mi hijo y aunque nosotros no entendíamos qué era lo gracioso, nos matábamos de la risa verlo tan feliz, ni qué decir del sonido, lo volvía loco. Le poníamos los juguetes que le comprábamos o nos regalaban, con lucesitas, música y tanta vaina y el solo quería jugar con la bendita bolsa. Así que a su diversión le incluimos la bolsa de papel, la de los cornflakes (la platinada), las de supermercados, incluso la de bolitas de aire y el era feliz con todas. Luego su diversión  (cuando era bebé) pasó a las botellas de plástico vacías, y cajas de cereales. Nadie lo entendía, tenía tantos juguetes y el optaba por cosas tan simples. Es por eso que en mi casa se ganó a pulso el apodo "Reciclator". 

Hoy ya no se mata de la risa con las bolsa, pero jugar con el crea el mismo efecto. En algún lado leí algo muy cierto "el mejor juguete para los hijos somos nosotros mismos" y cuánta razón tiene. No hay momento que Joaquí sea el niño más feliz del mundo que cuando juega con nosotros o con las personas que quiere. Escuchar su risa, sus gritos, y ver lo feliz que es hasta llegar al punto de , abrazarnos y darnos besitos (como agradeciendo)  me dan ganas hasta de llorar de la emoción. 

Ese día volvi a ser una niña junto con mi hijo, deje la mujer adulta a un lado y simplemente disfruté, me dejé llevar y que bien se sintió.  Los niños son simples, más de lo que imaginamos, para ellos más que un juguete con miles de luces y cosas, un tiempo bien dedicado (lejos de distracciones como el teléfono) es más que suficiente. Construyamos recuerdos difíciles de ser borrados con el tiempo. Ensuciarse, jugar y volver a ser niños no nos caería mal de vez en cuando. ¿Y ustedes cómo juegan con sus hijos?















8 comentarios:

  1. Es muy cierto lo que dices, mi bebé disfruta jugar más con cosas tan sencillas que con esos juguetes tan sofisticados Adora que juegue con él y si me doy de revolcadas con él se ríe a carcajadas se vuelve el niño más feliz con cada pirueta y gesto :)

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  2. 100% de acuerdo. cada juguete que le regalan a los mios(porque yo les compro lo minimo), le prestan mas atencion al envoltorio y caja que al juguete en si. Yo tambien me considero Miss Reciclator...Solo tienes que leer algunas de mis entradas en mi blog www.frikymama.blogspot.com para comprobarlo. un beso

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  3. Siiii adoran lo simple y solo pienso q pasara por su cabecita que es lo q estara imaginando; para jugar me tiro al piso con el le hago caballito, rodamos por el piso y es cierto su sonrisa emociona hasta las lagrimas es increible lo que te hacen sentir. AMO A MI JOAQUI ♥♥♥

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  4. Nosotras a veces nos esforzamos muchisimo en que tengan el juguete mas novedoso, y resulta que ellos no necesitan tanto, con sencillez y su imaginación les basta y si encima el juego es acompañado de mamá, sea cual sea, simplemente son felices.
    Un saludo.

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  5. hermoso, hermoso!! la infancia de nuestros hijos es una invitación a volver a ser niños nosotros mismos. Mi beba es todavía chiquita, tiene un año y un mes, pero me encanta ver el mundo a través de su lente y sorprenderme como se sorprende ella.
    Un abrazo

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